
Mara Ruiz Malec, habló de todos los temas. Su militancia, la reducción de la jornada laboral, la productividad y las capacidades de la Provincia.
-Una herramienta fundamental en su carrera como economista y demás. ¿Y como lectora de información política?
-Trato de no empaparme demasiado allí. Porque cuando uno está dentro de ámbitos públicos te da cuentas que mucho de lo que se escribe está muy lejos de la realidad. Son muy pocos los periodistas a los que les creo lo que escriben sobre algo que desconozco, porque muchas veces cuando escriben de algo que sé, me doy cuenta de esa situación que comentaba. Leo mucho análisis económico porque es mi especialidad.
-Cuando dio El Salto a la función pública: ¿alguien en su familia se estremeció?
-Cuando era chica me entusiasmaba la función pública. Hablo de la buena voluntad para cambiar las cosas desde la profesión que uno elige y ahí mi viejo me decía que era demasiado buena para la política. El movimiento que se generó en este país en 2003 y sobre todo el hecho de poder incorporarme al equipo de Axel Kicillof me permitió, aún como una persona muy aficionada, trabajar en equipo para gestionar y generar cambios. Trato de mantener a mi familia al resguardo de todo lo que implica la exposición pública. Hablo de esta arena que es muy ríspida y en algunos casos por demás agresiva.
-Una arena que se fomenta para elevar la agresión. ¿Le duele eso?
-Me desesperanza un poco cuando triunfa el odio y hoy lo veo en los jóvenes que creo que son los que más voluntad y necesidad tienen del amor y de la amistad de la cuestión colectiva. En el kirchnerismo decimos que el amor vence al odio, pero no lo sostenemos como un eslogan, es mucho más. Allí están la esperanza, el amor y la solidaridad entendidas no como la beneficiencia, sino para entender al otro como alguien que hoy necesita algo y mañana te va a dar algo a vos también.
-La dinámica de la mujer, un fenómeno vigente…
-A lo que apunta el feminismo no es sólo a ocupar espacios de poder sino a hacerlo en otros términos a los que define el patriarcado, nosotras proponemos una sociedad mucho menos agresiva. Me parece que ahí desde el feminismo también tenemos un rol para jugar muy interesante que todavía no lo hemos explotado tanto. Y no lo hicimos aún porque demanda muchísimo esfuerzo el no replicar la violencia que recibimos nosotras.
-Sin hacer paralelos históricos. ¿Qué lugar ocupa Cristina en su convicción y trabajo político?
-Los gobiernos de Cristina me gustaron mucho y creo que en algún momento se intentó rememorar el kirchnerismo sólo acotado a la parte de Néstor y yo creo que Cristina logró algo muy bueno que fue ampliar e imponer la agenda de derechos en un momento donde se le empezaron a agotar los recursos. Porque en verdad la economía Argentina durante sus mandatos estuvo más tensionada. Cristina le encontró la vuelta económica para ayudar a los que más necesitan reconociéndolos como sujeto de derecho y no como sujeto de beneficencia. La AUH debo decir que me voló la cabeza. Fue reconocer algo que tenían algunos de los trabajadores, pero no todos, y que tiene que ver con el derecho a cubrir sus necesidades básicas. Como también el avance por la identidad de género y más, toda una serie de políticas que para mí son revolucionarias porque lograron trascender la situación económica.
-¿Se puede considerar que usted o Axel Kicillof podrían haber tenido una senda profesional y política más sencilla en la vereda de la derecha?
-No, mi proyecto de vida es transformar a la Argentina hacia algo mejor para todos y todas. De ahí que me sumo al kirchnerismo y al peronismo porque son las únicas fuerzas que pueden llevarlo adelante. Y eso no quiere decir que no haya dificultades, contradicciones, contratiempos, e idas y vueltas. Es mi objetivo de vida, de allí que no podría estar en ningún otro lado.
-¿Por la calidad de vida se manifestó a favor de los proyectos para reducir la jornada laboral?
-Tenemos que sentarnos a discutir los trabajadores/trabajadoras, empresarios y el Estado es cómo hacemos para producir más, para distribuir mejor esa producción y para tener una mejor calidad de vida. La reducción de la jornada laboral puede ser una de esas herramientas. Me parece que la reducción de la jornada laboral sirve y mucho primero para que los trabajadores y trabajadoras definamos que no tenemos por qué conformarnos con lo que ya tenemos. Que podemos empezar a pensar en un mejor estilo de vida y aprovechar la tecnología para eso y no para que nos exploten más.
-¿Axel Kicillof?
-Es un militante político con capacidad de gestión y honestidad, y esa es una combinación muy buena. El tiene mucha capacidad técnica porque es muy inteligente con capacidad de ejecutar. Cuenta con la empatía necesaria para estar en un lugar de poder y además es un muy buen tipo. Lo digo en cuanto a valores sencillos. Estoy convencida de que tenemos que retomar esos valores sencillos como el trabajo, la amistad, la solidaridad y el amor. En conclusión, para tener una Argentina más calma y con los conceptos necesarios para avanzar en una transformación, necesitamos incorporar a mucha gente.
-¿Si tenés que elegir una alegría de tu trabajo desde el ministerio?
-Lo que tiene de lindo este ministerio es que todos los días estamos resolviendo los problemas que tiene la gente y afectan su vida. Solucionar conflictos como ordena la ley y que se respeten esas normas es una alegría y mérito de un equipo de trabajo. Pueden ir desde alguien que pudo cobrar lo que le correspondía y otro que pretendía no pagárselo a conflictos más colectivos. Otra satisfacción pasa por innovar desde la propia la institución, por ejemplo la cuestión de los trabajos en las aplicaciones. Es un conjunto de acciones de este ministerio que plasmadas nos gratifican y que ojo, no sirven de nada si nosotros no tenemos al Movimiento Obrero detrás. El Estado no es todopoderoso para solucionar todo, cuando nos juntamos las cosas salen bien.